CRÍTICA:

" LOREM quiere ser un buen pintor.

Sus paisajes urbanos están cargados de multitudes porqué a él le resulta difícil caminar solo.

Si abandona el paisaje urbano es para entrar en el paisaje de naturaleza con sus invasiones de cántaros. Ahí radica su verdad. Un sueño acumulado. Una fatiga. Un esfuerzo cargado de ilusiones.

Un trabajo de años y una duda permanente que le llevarán a adentrarse en otros mundos y fuera de toda anécdota.

¿Qué son sino unos recodos de calles y rúas empedradas y encrucijadas de cruceiros por donde el pintor deambula?.

Sin duda, LOREM está reclamando el nuevo sendero que necesita para su amplia mente hasta ahora torturada por un largo encarcelamiento que reclama libertades. No hay que olvidar que LOREM es “fauvista”. Derrocha el color a pinceladas llenas distribuyendo propinas sin descanso.

Cuando este león enjaulado administre sus bienes y trabaje con la austeridad de un monje, pasará de su cárcel a un claustro, donde, el pensamiento y la reflexión son pilares para el hombre y el arte.

Póngase pues LOREM, el hábito y Así, a seguir pintando!"

Pedro Solveira
Pintor.